Hoy es 7 de noviembre. Aun faltan 7 días para que mi madre
cumpla 38 años de ejercicio de la medicina. Uno de las grandes motivos por los
cuales es mas que suficiente para mantener una gran sonrisa. Es cierto, de todo
lo que sucede en el día en el mes, en el año siempre tendemos a acordarnos del
0,01 % que salio mal o tal vez torcido. Por lo menos desde algún punto de
vista.
Por eso estoy hoy, esta noche, escribiendo. Haciéndolo como
una de esas ideas que mi Mom me las tira al "tun tun" a través del teléfono a 480
km de distancia desde su consultorio. Una de esas ideas locas para algunos y
tan familiares para otros. “ Sácate lo que sentís. Plasmalo en una hoja”. Creo que
palabras tan sabias para conmigo no pueden salir de otra persona mas que de
ella. Si, siempre presente (ahora entre lagrimas), tan objetiva, tan humana,
tan “divina”. La única persona en la que confió plenamente. Parece mentira pero
yo también estoy tan cerca. Nunca anduvimos bien con las fechas pero el solo
recordarlas en medio del mar nos hace enorgullecernos de nosotros mismos. A
pesar de todo, firmes. Con sonrisas y gustos.
Creo que desde pequeño soñé con una familia solida, unida.
Amor. Ella fue todo. Hoy aunque las circunstancias hagan tambalear las
esperanzas sigo soñando con lo mismo.
Fue extraño y tan lindo a la vez. Allí estaba hace un rato. Parado
frente al espejo del baño bajo un techo estrellado de mosquitos. Por momentos
recordando como si fuese una película. De comienzo a fin. Lo que pudo ser y lo
que tal vez hubiese sido. Una calma me recorrió en forma de escalofrío el
cuerpo. Con los ojos entreabiertos mire mi corazón. Trate de buscar algo
oscuro, pero no encontré nada. Trate de encontrar mentiras, odio, rencor, algún tipo de maldad, pero no había. Solo había amor y dolor. Dos cosas tan comunes
como necesarias. Haber perdonado cualquier cosa, no me garantizo que del otro
lado hubiese, no respuesta parecida sino arrepentimiento. Entonces me di cuenta
de algo demasiado claro: del otro lado no se sentía lo mismo que de este lado.
Una vez escuche una frase: “el que ama las perlas se tira al
mar”
Me encontré en la introducción después de un punto. No se si
un punto seguido o un punto aparte. Era un punto y de eso estaba seguro. Que fuese
una coma o un punto y coma ya no dependía de mi. Sabia que había hecho todo lo
necesario. Que había dado mi vida y la de todos los que dependían de alguna
manera de mi por algo en que creí por algo que quería formar, por algo que quería
cambiar, por algo que quería construir. Por amor. Sabia que debía estar
orgulloso de mi por haber expresado y entregado todo por alguien. Por alguien
por quien yo había decidido entregar mi corazón. Pase lo que pase hice lo
mejor. Hice hasta donde mi esperanza mi abrió el horizonte que al principio no
tenia fin.
Se que no es bueno hablar de lo malo, de las faltas que vinieron
del otro lado. Solo voy a hablar de lo que hice, de lo que ofrecí de todo y
hasta donde fue capaz mi corazón, mi cuerpo y mi alma de entregarse por algo,
por alguien. Hay mucho vino malicioso y poco vino del mejor.
Conmigo no hay finales, no hay muertes, no hay cortes, no
hay olvidos. Esas solo son decisiones de Dios. Creo que es una de las ventajas
que tiene la gente. No durarme el enojo mas de unos cuantos minutos. Tal vez
sea mi espíritu autocritico o tal vez la conciencia.
Nunca, pero nunca es tarde para pedir perdón. Nunca es tarde
para reconocer, nunca es tarde para amar, nunca es tarde para expresarse. Es muy
triste la gente que se muere sin haber expresado lo que realmente sentía. Expresar
es una de las grandes maravillas de la vida. Son las cosas que realmente
conmueven.
Creo en la infinita posibilidad de oportunidades. Las oportunidades
las damos como un gesto de amor y humildad, no importa cuantas sean. Nunca las
cosas están tan mal. Lo único que no tiene marcha atrás, es la muerte.
Te hice caso Mom.
P.D.: No lo veo tan mal :)
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