miércoles, 14 de marzo de 2012

La utopía de la "media naranja"

Hace un año volvía a casa en colectivo. Un enorme grafiti capto mi interés y fue el señuelo de un concatenado análisis de las ideas más finas que en días habían arribado a mi “humilde” cabeza. En la pared con aerosol negro se leía: “Néstor, te amo. Sos el hombre de mi vida. Yo, Yami”. Eran alrededor de las 18 horas y estaba cansado. Acababa de pasar la central de Gendarmería frente a la Plaza Libertad. Antes de la próxima esquina me subsumí en uno de esos pensamientos que tienen la extraordinaria capacidad de hacer pasar rapidísimo y entretenido esos momentos de agotamiento extremo. Comenzaba el año, cansado, con calor, dolor de cabeza y para colmo a bordo de un 105 lleno de personas transpiradas y mojadas. Había interceptado diez cuadras antes un asiento individual. Se lo había ganado a una chica de anteojos.
“Sos el hombre de mi vida”, “sos el hombre de mi vida”… resonaba como “uno, dos, tres…”, “uno, dos, tres…” (como ayuda memoria)… “algo significaba… tan joven y había encontrado entre seis mil millones de personas en el mundo al amor de su vida, de sexo opuesto por suerte (eso creo) y lo había eternizado efímeramente en una pared publica que comenzaba a descascararse” -pensé-. Entonces me vino a la mente aquella famosa frase… “a nadie le amarga un dulce”, lo apresurada que había sido su elección, y otra frase que repetía una tía abuela: “culo ve, culo quiere”. ¿Había encontrado a alguien que reunía evidentemente los requisitos estéticos a que aspiraba? ¿Cómo se había convencido de ser el amor de su vida? ¿Con que seguridad había hecho atemporal algo tan evaporable como el alcohol etílico? ¿Había elegido en un catalogo su “media naranja”, por edad, sexo, cualidades y dijo: “¡ese es!”?
Las preguntas me invadían, estaba bombardeado (reía)
“La media naranja”, ese prototipo que cayó de revote y lo tomó al vuelo para qué no se escape porque la amiga ante su pasividad comenzaba a ficharlo y a tenerle ganas. Y se me venía a la cabeza lo que seguramente pensó: “ESA VIVA NO ME VA A ROBAR LO QUE ES MIO” para preguntarse luego… “¿Ese engendro que englobo mis pretensiones en un momento dado de mi vida, más que seguro, demasiado temprano y cuando recién acuñaba mis propios sueños pretende que comparta una vida con él?”
Es interesante. ¿Qué pasaría si tuviésemos varias medias naranjas y todas encajaran? o… ¡peor! ¿Si la confundimos? ¡Qué horrendo seria! ¡Por nuestra culpa nos perderíamos de la felicidad por un error de cálculo! … (y lo que generalmente no pensamos…) “yo me equivoqué de persona… quiere decir que hay tres que están haciendo presión para poder encajar en algún lado como tres pedazos de rompecabezas distintos”… ¿NO ES INJUSTO?
OPINO, ¿ES QUE ACASO NO PUEDE VALER LA PENA HACER UN RELEVAMIENTO GENERAL? ¿NO SERIA CONVENIENTE HACER UN ESTUDIO DE MERCADO?
Yo me acuerdo que de chico cada vez que me cruzaba con una mina pensaba que era el amor de mi vida, para defraudarme felizmente momentos después de la mano de otra. Es que las promesas terminan convenciéndonos. Porque fíjate que después de un tiempo, cuando mostramos quienes en realidad “no somos” es como que nos empezamos a aburrir y todo se empieza a descascarar. Digo… el rubio de ojos celestes que no se sabe ni lavar los calzoncillos o la morocha de ojos verdes que no deja de llorar por su BB en el baño… ¿no es como para pensar? Y al final resulto que tenia lentes de contacto y al mes a Jacinto le creció la panza… entonces nos ponemos a pensar… “yo acá con esto y mi amor allá afuera con otro/a” y así viene el 95% de infidelidad y el 5% de “honestidad” previa a la separación en forma de un “consuelo de pobre”, de que en verdad estaba “confundido/a” como siempre nos dicen.
En fracción de segundo mil ideas me rodearon llegando a Junín. Tenía todo en mis manos para este “trabajo científico”. Lástima que no tenia donde anotar y la mitad se perdió con el viento (mezclado con humo). Somos conformistas como dijo Jimena, pero de esos conformistas malcriados, tercos, egoístas, rebeldes y valga lo siguiente: “impúberes”
¿Donde quedo la ambición? ¿Donde quedo el amor propio? ¿Quién nos obliga a encontrar la media naranja o a aceptar forzosamente una ajena? ¿Y si en realidad lo que necesito es solamente un jugo para pasar la tarde?
Es realmente patético conformarnos con el primer elemento humano que se nos cruza y nos regala una mirada. ¿Cómo vamos a acertar tan fácilmente? ¡LOCO! ESTO ES MAS DIFICIL QUE PEGARLE AL QUINI 6.
¡GENTE! ESTAMOS JUGANDO CON FACTORES. ¡Justo estaba en el mismo pueblo, justo estaba en el mismo barrio!, y ¡Ho! ¡Casualidad! iba a la misma escuela y al mismo curso… ¿y si hay otros? ¿Pensaste mamita? No se… en La Chola, en La Lata, en el Beron de Astrada… hay muchos barrios. ¿Y la que se pasa llorando por vos cada vez que te cruza en la verdulería?
SÍNTESIS: NO HAY MEDIA NARANJA. ELEGIMOS DENTRO DE LO QUE HAY SIN PEDIR DEMASIADO. (SINO NOS QUEDAMOS SOLOS) ¬¬ DIGO… EL QUE QUIERA… QUE HABLE AHORA O CALLE PARA SIEMPRE… (Quémese carajo) NOS SENTIMOS TAN POCO QUE AGARRAMOS VIBORAS CON LA MANO. NO NOS VIENE DEL TODO MAL… “MAS PASTO PARA MI CABALLO” je. Somos tan egoístas que privamos a los demás de su “media naranja” con tal de terminar de revocar nuestra vanidad y privamos a nuestra “aparente” media naranja de ser felices. Si hubiese una media naranja quizá estaría en Tailandia. Si la encuentro quizá nos complementemos y formemos un equipo, estilo “simbiosis”, una fusión o algo así. LA MEDIA NARANJA TERMINA SIENDO UNA ADAPTACIÓN DE ESAS QUE HACEMOS CUANDO NO TENEMOS MAS PILAS DOBLE A Y TRATAMOS DE PONER LAS TRIPLE A EN EL CONTROL REMOTO. UNA INCOMODIDAD TOTAL. A VECES HAY QUE HACER ENORMES ESFUERZOS Y SUFRIR DEMASIADO PARA QUE FUNCIONE. DEMAS ESTA DECIR QUE HAY QUE RESIGNARSE (panza, vicios, locuras, ufffff).

Al fin, la “media naranja”, nos muestra lo peor de nosotros mismos:
# Mediocridad
# Simplismo
# Egoísmo
Y sumen ustedes las demás…

P.D.: acá es donde te tiraría mi posdata, pero sería un crimen. Lo único que puedo decir es que confíen en esa pedorrada que llaman “instinto femenino” (las chikis) y en su tercer ojo, si funciona (“lo vago”)


4 comentarios:

V♥ dijo...

interesante (esperaba la PD!). Creo que es una búsqueda constante... pero eso también es un delito. No se puede siempre estar queriendo algo más. Creo que en definitiva uno se halla con alguien y ya. Se queda. Y termina la búsqueda. Lo cual no quita que después aparezca otra media naranja, o manzana... quién dice, quién sabe.
V.

Jorge Alejandro Favre Niveyro dijo...

Yo creo que con este tipo de creaciones conceptuales sin dimensiones exactas nos mantienen hechizados. Nos crearon esa necesidad de querer realizarnos en alguna victima en lo mas profundo del inconsciente y peor aún fue esta sociedad, egoísta y determinista, que nos borra, con una mezcla antagónica de tradiciones y proyecciones, de la posibilidad de ser "libres". Mirá la suerte de la media naranja de "Naufrago" que supo encontrar un dentista que le quedaba "al cuerpo". No le quedó mejor remedio que tomarse el palo a Canadá. Digo... sobre amor, nadie sabe mejor que uno.

Anónimo dijo...

Como no quiero callarme para siempre es q expreso mi opinion...
Dos cosas:1-Como dice una frase de John Lennon q lei por ahi.."Nos hicieron creer q cada uno de nosotros es la mitad de una naranja,y q la vida solo tiene sentido si encontramos la otra mitad. No nos contaron q ya nacimos enteros, q nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsalibildad de completar lo q nos falta"
2-Tu comentario me hace acordar a alguien q piensa bastante parecido a vos...
Yo opino...La media naranaja no existe solo somos uno en el mundo y si hoy quiero formar una pareja con alguien es mas alla de las necesidades q decis q nos creo la sociedad. Solo quiero una pareja q quiera vivir conmigo y q me elija cada dia dentro de la sociedad de este mundo o dentro de la soledad de la luna...
Lo ideal seria ver al otro solo como la otra persona q esta en este mundo para realizarse, para crecer, para desarrollarse como es y no de la forma q el otro quiere...no esta para completarnos a nosotros perooo justo todo lo q tiene es lo q a mi me hace bien asi q yo t elijo y veremos q pasa dps...
Teresa
P/D. ahhh existo.

Jorge Alejandro Favre Niveyro dijo...

En realidad uno toma lo que se le presenta, lo que promete mucho en el futuro. Hay que tener en cuenta que existe un juego previo y contemporáneo de coqueteo donde hay como un engaño inocente, justificado, que se desenvuelve en el cortejo. Es casualmente "esa persona que tanto me hace pensar, la que me provoca cosquillas en el estomago y siempre piensa en mi". Cuando te saque del mercado y empieces a ver lo flojo que era. La gente se confunde. Por eso hoy prefiero degustar la mercadería en su máximo esplendor "humano", mal peinada y como se levante de la cama, chinchuda y con ganas de regalarla con moño y todo. A veces cuesta ver que hay detrás del maquillaje. Lo cierto es que todos comemos de la misma forma y tenemos los mismos olores.